"Yo creo que las mujeres queremos pintar y punto. Si lo hacen como los hombres o como mujeres, digamos, es otra cosa que tiene que ver con lo que se quiere decir, con lo que se propone uno realizar. Yo siento la necesidad de decir algo, y lo hago como creo les es adecuado, técnica y conceptualmente. En lo general, si me acerco a una imaginería femenina que bien puede ser este lenguaje visceral como una cuestión de identidad y otra, erótica como la experiencia del otro. Me interesa lo que tiene que ver con el cuerpo y lo cotidiano. El tiempo mensurable en espacios domésticos. Hay una fuerza en esto que se traduce, en el mayor de los casos, en violencia.”

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